La resurrección del subte y el karaoke
¿No te pasa que vas en el subte escuchando un temazo y querés que de repente salga de tus auris y suene a todo volumen para que todo el mundo lo cante o baile?
Es una boludez que me pasa seguido ultimamente y me hace sentir bien y cómplice de mi mismo a la vez (quesolosestamos).
La pandemia nos redujo a disfrutar de un viaje en subte como sobrevivientes del terror al vagón vacío. O lo que es peor, de un vagón donde quedaste como unicx pasajerx.
Mientras viajamos parece que todxs nos estamos observando de reojo, como si hubiésemos atravesado exactamente el mismo calvario, o como si hubiese un sentir colectivo en donde la conexión es creer que a todxs nos pasó una sola y misma cosa.
(¿Será que la pandemia logró la universalidad de sentimiento que ninguna doctrina o ideología va a lograr jamás?.)
Cuando "volví al subte", un acto reflejo fue que no me sentaba por más que hubiese lugar. Al principio pensaba que era por una cuestión paranoide ante la amenaza mortal que todxs pasamos a ser para el prójimo (no se siente tan cerca señorrr). Pero no. Hoy sigo viajando parado y creo que un poco es una reivindicación ridícula y personal de estar de pie. Una mezcla entre evitar el terror a estar sentado en un vagón vacío y estar listo por si la canción sale de mis auriculares y se arma bolichón o karaoke.
Fin: Como cura la música por diorr. Ahora ya bajé y estoy en el cruce de las dos líneas; ese pasillo rectangular que en un no tan lejano Abril me enteré que se conoce como "la combinación donde mueren todos los sueños". Y ya no tiene sentido seguir con esta reflexión en una escalera mecánica, aunque también me pregunto para una próxima: ¿qué onda la gente que se queda estacionada en doble fila en la escalera y nos hace subir a dos por hora al resto?
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